Si no has probado la pasta casera hecha con tus propias manos, estás a punto de dar el paso. Solo tienes que hacer una cosa: leer este artículo que te hemos preparado tus amigos de Balay. De textura suave y sabor inigualable, conocemos a pocas personas que no consideren la pasta un plato maravilloso. Y lo mejor de todo es que hacerla sin salir de tu cocina no es tan complicado. Con ingredientes de lo más simples y un poco de tiempo reservado para la receta, vas a dejar con la boca abierta a más de un invitado. ¿Empezamos?
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Pasta fresca casera: los ingredientes indispensables
Te aseguramos que con un poco de práctica y siguiendo los consejos que te vamos a dar, te vas a transformar en un amante de la pasta casera. Estos son los ingredientes básicos que vas a necesitar:
- Harina: De todas las harinas que se pueden comprar, la mejor para una pasta fresca casera es la harina de trigo duro. Lo es por su sabor característico y por la textura que aporta al plato. No obstante, si la que tienes por casa es la harina de trigo clásica, sin problemas, adelante con ella. Con alrededor de 300 gramos de harina vas a tener pasta para cuatro personas, pero todo depende del hambre de los comensales.
- Huevos frescos: componente esencial de una pasta hecha en casa. Responsables de dar elasticidad y sabor. Necesitarás uno por persona.
- Sal: Una pizca de sal siempre es el condimento perfecto para realzar el sabor de la pasta y equilibrar los demás ingredientes.
¿Cómo hacer pasta casera? Pasos básicos de preparación
Vas a trabajar sobre una superficie limpia y seca en la que todo va a comenzar creando un volcán de harina con su correspondiente cráter en el centro. Cuando decimos cráter nos referimos a un hueco en el que vas a echar los huevos para ir mezclando poco a poco con un tenedor que te servirá para llevar la harina de los bordes al centro.
Hechos estos pasos previos, vamos con el resto:
- Amasa con fuerza y alegría para crear una masa suave, elástica y que no sea pegajosa. ¿Está muy dura? Añade agua. ¿Muy húmeda? Agrega un poco más de harina. El amasado es, sencillamente, crucial para una pasta casera de verdad; tendrás que estar unos 10 minutos (como mínimo) hasta crear una masa brillante (literalmente).
- Haz una bola con la masa, cúbrela con un paño húmedo y deja reposar a temperatura ambiente durante media hora. Transcurrido este tiempo podrás trabajar mejor con ella.
- Divide la masa en porciones más pequeñas y trabaja con una a la vez. Con un rodillo, estira la masa sobre una superficie enharinada hasta que quede fina y uniforme.
- Llega el momento de cortar la pasta para formar el tipo que te apetece comer. Aquí te recomendamos tener buenos aliados que hagan el trabajo más sencillo: con este molde de 24 raviolis y su correspondiente rodillo los tendrás montados sin apenas esfuerzo y asegurándote una perfecta adherencia.
¿Cómo cocinar pasta casera?
Ahora nos adentramos en el punto culminante: hervir la pasta en agua abundante y con un poco más de sal. ¡Ojo! Solo tiene que estar durante 2-3 minutos, así que olvídate de los tiempos de la pasta convencional del supermercado. Para que no se te pase de los minutos correspondientes, recuerda que siempre puedes utilizar la Función Cronómetro de nuestras placas Balay con la que dejar programado el tiempo de cocción para cada zona.
¿Tienes mucha prisa por sentarte a la mesa y saborear tu obra? Tampoco es un problema: gracias a la función Sprint® (boost) aumentamos la potencia de la zona de inducción durante 10 minutos para acelerar el calentamiento de grandes cantidades de líquidos como el agua necesaria para tu pasta casera.
¡Y ya solo queda disfrutarla con tus salsas favoritas como pesto, boloñesa o carbonara! Cuando vayas cogiendo práctica, no tengas miedo de ir probando cosas nuevas como añadir hierbas frescas diferentes a la masa.
Si te sobra masa de la pasta fresca casera que has elaborado con tanto mimo, apunta bien este último dato: se puede congelar y tenerla lista para otro momento. ¡Aquí no se tira nada de comida! Buen provecho 🙂
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