La cultura del tupper cada vez está más presente en España. Ahora, lo de salir a comer fuera cada medio día se ha quedado en “algún que otro medio día”, y el ingenio comienza a jugar un papel importante entre los trabajadores de una misma empresa.
Algo se ha trasladado desde nuestra infancia a nuestra edad adulta, cuando en el patio del colegio abríamos nuestros bocadillos envueltos en papel de aluminio para descubrir quién llevaba el bocadillo más grande y más apetitoso. Ahora, vuelve a resultar un verdadero desafío abrir el tupper en la cocina de la empresa ante la atenta mirada de nuestros compañeros de despacho, supervisores y responsables de recursos humanos. ¿Quién llevará el plato más elaborado? ¿Quién repite la comida de ayer? ¿Quién se atreve a llevar un oloroso tupper de brócoli al trabajo?
En cualquier caso, toda la presión social que puede o no existir alrededor de un tupper, debería servirnos como justificación para preparar platos más saludables. Pero hoy no vamos a contarte posibles recetas -que ya habrá tiempo- lo que haremos será darte unos consejos básicos sobre cómo guardar los alimentos en el recipiente, qué temperatura mantener, cómo limpiar el tupper una vez usado o cómo trasportarlo… ¡Todo para que aprendas a sacarle el máximo partido a tus tuppers!
1. Cuece muy bien los alimentos. Sobre todo cuando cocines carne. En ese caso, fíjate en que el jugo de la carne es de color claro para comprobar que está bien hecha.
2. En el caso concreto del pescado, al recalentarlo puede desprender un aroma poco apetitoso. Una opción sería reservar el pescado para la cena o el fin de semana.
3. Evita salsas con huevo crudo o postres a base de nata.
4. Utiliza tuppers de cristal o de plástico apto para microondas.
5. En el momento de meter la comida recién hecha dentro del tupper, espera primero a que se enfríe antes de colocarle la tapa y meterlo en el frigorífico para evitar un consumo excesivo de energía.
6. Es importante que el tupper esté dentro del frigorífico hasta el momento de consumirlo pero si en tu trabajo no hay, puedes usar una bolsa isotérmica con placas de congelación.
7. Al calentar la comida en el microondas, abre la tapa pero déjala colocada sobre la comida para que salpique lo menos posible.
8. Si con las prisas se te ha olvidado sacar el tupper del congelador la noche anterior y has llegado al trabajo con la comida aún congelada, puedes hacer uso de la función de descongelación del microondas
9. Y por último, lava el tupper en el lavavajillas para que esté listo para su próximo uso.
Con todos estos consejos, un tupper y un microondas, ya estás más que preparado para sacarle el máximo partido a tu mediodía. Solo quedaría un último recordatorio: ¡no te lo olvides en el trabajo! Porque entonces, el día menos pensado, cuando vayas a coger un tupper de tu cocina para meter la comida, te darás cuenta de que están todos acumulándose dentro de un armario secreto de la oficina…
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